Arianna Papini (Florencia, 1965) ha estudiado Arte y Arquitectura. Además de escritora, ilustradora y pintora, también imparte talleres artísticos y de animación a la lectura para público infantil en colegios y bibliotecas. Ha publicado más de 40 libros ilustrados en su país natal. En España se pueden leer "¿Qué te gustaría ser?" y "Ser amigos", publicados por KALANDRAKA. Con el primero ha sido finalista del IV Premio Internacional Compostela, entre otros galardones recibidos a lo largo de su trayectoria. En la siguiente entrevista realizada por el equipo de KALANDRAKA ITALIA, explica los fundamentos de su obra.


Tras la publicación de “¿Qué te gustaría ser?” en KALANDRAKA, cómo ha sido el proceso de evolución interior que dio lugar a tu último libro, “Ser amigos”?

Observo a mi alrededor que se abusa de la palabra “amistad”. Se utiliza de muchas maneras, hay programas de televisión que en sus títulos utilizan este concepto que es tan simple y complejo al mismo tiempo. Existe la amistad en Facebook, que muchas veces no es tal, y hay películas sobre la amistad que en realidad tampoco tratan sobre ella.

En mi trabajo con los niños, con los más pequeños, veo que comparten colores, que se ayudan, que intercambian gestos y miradas, que dejan ocurrir pequeñas y grandes cosas. Es ahí donde yo encuentro otra vez la amistad. Por eso comencé a fijarme en la experiencia con los niños, como arte terapéutica, pero también me basé en ellos como escritora y como artista, porque sentía la necesitad de redefinir la palabra “amistad”, a partir de lo que se vive y lo que ocurre realmente. No hay nada teórico en el deseo de intercambiar con otra persona un espacio y un tiempo intenso y duradero.

¿Cómo surgió el título en italiano, “È una parola”?

“È una parola” es una expresión que se utiliza en italiano cuando se nos pide que expliquemos algo y nos damos cuenta de que es muy difícil de definir. “¿Qué es la amistad?”. “¡Es una palabra! È una parola!”, de ahí el título. No se puede explicar la amistad, pero se puede ver y escuchar, sentir y compartir. El título ha dado lugar a una especie de acertijo que, desde la primera a la última página del libro, hace fluír muchas situaciones emocionales y afectivas, donde los niños -a través de los personajes- pueden reconocerse, quizás a partir de alguna experiencia vivida en relación a los demás.

¿Por qué en todas las ilustraciones hay parejas de animales?

Me gustan mucho los animales. Nos ayudan a observar nuestros defectos porque tienen una mirada que nos permite contemplar nuestra condición humana desde la distancia. A lo largo de mi vida siempre he tenido animales cerca y cuando no ha sido así sentía que me faltaba algo: un interlocutor silencioso que con su lenguaje corporal me comunicase cosas importantes como amor, hambre, sueño... Los animales son como los niños pequeños, podemos cuidar de ellos y nos están agradecidos por ello pero, al mismo tiempo, ellos simplemente siguen haciendo su vida.

Escribí el texto de este libro pensando en la situación de los niños, pero me ha encantado hacerlo a traves de los personajes de los animales. Entonces me di cuenta de que estaba dibujando animales que eran diferentes unos de otros. Así que incluso en este libro, al igual que en otras obras mías, lo que realmente importante es el encuentro entre diversidades. Creo que encontrar personas distintas a nosotros es una de las oportunidades más importantes de la vida. Quien no lo entiende así creo que se pierte una parte sustancial de la experiencia afectiva y vital en este mundo tan complejo. El encuentro en la diversidad crea complejidad, y la complejidad es el alimento del arte, la música, el teatro y todas las infinitas posibilidades de expresión de las que dispone el ser humano.

En las páginas finales, al contrario, todos los animales aparecen juntos y, por primera vez, aparecen dos personas. ¿Cómo explicas esta ilustración?

La amistad es una relación bidireccional entre dos personas, en la cual hay encuentro y su perpetuación. Somos un grupo de personas y con una o dos de ellas sentimos la necesidad de hablar, de reunirnos otras veces y de compartir experiencias. No sabemos por qué; en realidad la amistad nace porque la otra persona también nos lleva dentro, su mirada entra en nuestra memoria y permite revivir partes de nosotros de las que nos habíamos olvidado o que habíamos escondido por cualquier razón. Luego está el paso siguiente, que no siempre es fácil: llevar nuestra amistad dentro de un grupo, de la sociedad.

En la última página se insinúa esta posibilidad, que está llena de peligros porque integrarse en un grupo pone a prueba la amistad entre dos seres: pueden surgir celos, rivalidades y otros sentimientos que no son agradables, pero que son parte de la vida... ¡Pero eso ya es otro libro!

En definitiva, en las últimas dos páginas todos los animales se reúnen, celebran que hay muchos amigos. Y se incluye la presencia del ser humano, como una forma de adentrarse en la realidad. Aunque los niños, desde el principio, dependiendo de su edad y su madurez, seguramente ya eran capaces de reconocer al buho asustado, al pez volador o al osito que sueña.

¿Cómo describirías, en el conjunto de tu obra, estos dos libros publicados por KALANDRAKA?

Son libros que tratan aspectos de la vida que para mí son muy importantes: el encuentro entre las diversidades, el juego, el deseo, los sueños, la transformación, la identidad, la capacidad para ponerse en el lugar de los demás, que desde mi punto de vista es más saludable para nosotros mismos que para el otro... En suma, “¿Qué te gustaría ser?” y “Ser amigos” son libros complementarios. A menudo leo uno después del otro durante mis encuentros con los niños y niñas.

Entre la lectura de ambos libros hay un taller durante el cual se amplían los conceptos que se tratan en sus páginas para que los niños participantes los asimilen.

“¿Qué te gustaría ser?” ofrece la oportunidad de pensar sobre la identidad de una forma diferente y de enfrentarnos a nuestra capacidad de transformación. Esto ocurre a través de un juego circular que nos lleva al punto de partida, pero habiéndonos enriquecido, lo que al final es la típica situación de la experiencia real, de lo vivido.

“Ser amigos” trata sobre el conocimiento de nosotros mismos y de nuestra propia identidad en las relaciones interpersonales, donde la otra persona resulta valiosa para darnos la posibilidad de cambiar, aprender y evolucionar, una vez más.