"OREJAS DE MARIPOSA" EN MÉXICO (II)
Con sendos actos en el Centro Cultural Español de México y la librería Gandhi, concluyó la ronda de presentaciones de "Orejas de mariposa" en México, con motivo de la participación de su autora, Luisa Aguilar, en el Festival de Títeres ‘Titerías' con la compañía Kamante y la función "¡Qué viene el lobo!". La amabilidad de los mexicanos, su interés por la cultura y la respuesta del público superaron con creces las expectativas e incrementaron la devoción de Luisa Aguilar por ese país. La autora comparte con los lectores sus impresiones más personales sobre esas experiencias...
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Con senllos actos no Centro Cultural Español de México e na libraría Gandhi, rematou a ronda de presentacións de "Orellas de bolboreta" en México, con motivo da participación da súa autora, Luisa Aguilar, no Festival de Títeres ‘Titerías' coa compañía Kamante e a función "¡Qué viene el lobo!". A amabilidade dos mexicanos, o seu interés pola cultura e a respuesta do público superaron con creces as expectativas e incrementaron a devoción de Luisa Aguilar por ese país. A autora comparte cos lectores as súas impresións máis personais sobre esas experiencias...
«La primera presentación fue en Monterrey, donde el Señor Castillo nos sorprendió con una librería y un proyecto realmente especiales. Allí pude escuchar la lectura del generoso y divertido texto que la autora Ana Luisa Anza escribió sobre "Orejas de mariposa". Un texto hermoso que me pilló desprevenida e hizo que comenzara mi intervención realmente emocionada. Así la terminé también al escuchar a la joven Xitlally decir: "Yo de pequeña tenía gafas de fondo de botella y mi mamá me decía que en realidad tenía unos ojos tan bonitos que tenía que tenerlos en una vidriera". "Orejas de mariposa" fue el regalo que ella eligió para su mamá...
El día fue agotador, pero antes de subir al avión rumbo de nuevo a la Ciudad de México supe que había merecido la pena, pues su gente era tan cálida como la ciudad. En agradecimiento, en la Librería 0-14 se quedó una gran mariposa que llevé desde España y que ahora vive en esa hermosa librería.
En la Ciudad de México la gente va ajetreada de un lado a otro, con prisa amable, con el ruido del tráfico de fondo que se entremezcla con el sonido de los organillos, buscando la mejor forma de emplear el poco tiempo que les deja libre el trabajo en realizar alguna actividad de la amplia oferta cultural de la ciudad... Por eso me sorprendió que más de cien personas hicieran que se quedara pequeño el salón del hermoso Centro Cultural de España, en pleno Zócalo, con vistas al Templo Mayor; el mismo que hace un año, en otro viaje, me fascinó por sus exposiciones y actividades, el mismo que esta vez abría sus puertas para recibir a Mara...
Durante el acto me sentí muy arropada tanto por Elena Riefkohl, de Kalandraka México, cuya relación comenzó siendo profesional y se tornó en una linda amistad, como por la psicóloga Adriana Díaz Velasco y el ilustrador Gabriel Pacheco.
Tras leer el cuento, comenzó un intenso turno de opiniones y preguntas por parte del público: padres, niños, maestros, titiriteros, psicólogos... incluso un monitor que contó su experiencia de trabajo con el cuento en barrios muy desfavorecidos de la Ciudad de México, o el tutor del Centro de la Sal (de niños con VIH) los llamados niños-mariposa, o la mamá de un niño de grandes orejas, o la intervención de una adolescente que me pide ante mi perpejidad que la saga continúe... Yo veo todo con ojos de sorpresa...
La generosa asistencia a la presentación en el Centro Cultural España de mi admirada Mireya Cueto, pionera del teatro de Títeres en México, Premio Nacional de Literatura Juan de la Cabada e infatigable mujer que a sus 87 años continúa en activo, me brindó la oportunidad de rendirle un humilde y emocionado homenaje y regalarle un ejemplar de "Orejas de Mariposa" a una pequeña-gran-mujer con alma de mariposa.
Finalmente, se celebró la presentación en la conocida librería Gandhi con público infantil en su mayoría.
Son muchas cosas por decir... A menudo me viene la palabra emoción, pero es que realmente así lo he vivido. Y confieso que si algo me emocionó de México fue comprobar que, aunque yo era una visitante apenas recién llegada a la ciudad, Mara ya estaba en las vidas de muchos mexicanos, se encargó de hacer amigos, de arrancar sonrisas y complicidades, y eso me hace sentir orgullosa. Espero que las dos podamos regresar pronto!!! »
