Concluidas las III Jornadas de Animación a la Lectura de Alicante, organizadas por la Concejalía de Cultura y Kalandraka, el balance no puede ser más satisfactorio. El éxito de público, el prestigio de los ponentes y el interés de la organización, garantiza prácticamente la celebración de una próxima edición en 2012. El experto en LIJ y editor Federico Martín; la adaptadora Olalla González y el ilustrador Marc Taeger; el profesor Alonso Palacios transmutado en una suerte de Michael Grejniec para analizar el libro “¿A qué sabe la luna?”; el poeta Pedro Mañas presentado por otro creador de versos, Pedro Villar; el titiritero José Antonio López Parreño ‘Rodorín’... La Casa de la Música Las Cigarreras se llenó de fantasía, de buenas prácticas para estimular el uso y disfrute de los libros en las aulas y en los hogares. Gracias al Ayuntamiento de Alicante por su apuesta cultural y educativa, a los participantes en las jornadas y a los artífices materiales de esta estimulante iniciativa: Cesáreo Martín de Kalandraka, Begoña Echevarría y Paco Cortés, del Patronato Municipal de Cultura.

Federico Martín Nebras inauguró la programación con una sesión en torno a las propuestas, en forma de taller, de la profesora Esperanza Ortega para fomentar el interés por la literatura en el Bachillerato. Las plasmó en un trabajo titulado “El baúl volador” que obtuvo el primer premio a la iniciativa individual en el certamen Francisco Giner de los Ríos en 1984, y que acaba de ser reeditado en la colección Campo de Plumas del sello Libros de la Mora Encantada que dirige el propio Federico Martín.

Olalla González y Marc Taeger plantearon un taller teórico-práctico a base de narración e ilustración, o a modo de cuentacuentos ilustrado. De la mano y las pinturas de Marc iban surgiendo las figuras de Aquiles, Caperucita, Garbancito o Arturo; una cámara de video reflejaba todos sus movimientos en una pantalla gigante para que el público pudiera seguir la evolución de su trabajo artístico mientras se intercalaban las explicaciones técnicas o se contaba la historia del personaje. Incluso la pequeña Aroa se animó a dibujar!

Por causas ajenas a la organización de las jornadas, el autor e ilustrador Michael Grejniec no pudo asistir a su sesión. En su lugar, el profesor y escritor Alonso Palacios hizo una simpática semblanza del creador de “¿A qué sabe la luna?”, uno de los títulos más emblemáticos del catálogo de Kalandraka. En este apartado, cabe destacar también un feliz descubrimiento en la persona de Julio, un músico y ebanista alicantino que nos sorprendió con un elaborado y laborioso montaje de los animales de “¿A qué sabe la luna?” hechos de madera. Una auténtica obra de artesanía que le agradecemos sinceramente.

Pedro Mañas compartió una selección de poemas de “Ciudad Laberinto”, la obra con la que ganó la segunda edición del Premio Internacional Ciudad de Orihuela de Poesía para Niños. Versos urbanos y traviesos, acertijos ingeniosos y reflexiones a pie de asfalto que el público pudo visualizar también gracias a las imágenes de la ilustradora Silvina Socolovsky. Precisamente, desde el público, los escritores Roberto Aliaga y Mari Carmen Díez, el ilustrador Miguel Ángel Díez y el cantautor Yoni Cantacuentos, pusieron voz a algunas de estas composiciones.

Gracias al profesor y escritor Pedro Villar por su hermosa presentación de Pedro Mañas en estas III Jornadas de Animación a la Lectura de Alicante:

“Conocí a Pedro en las I Jornadas Nacionales de Poesía Infantil celebradas en Cocentaina en noviembre de 2010, me sorprendió su juventud, apenas salta la treintena, su humildad y su lucidez. Pedro Mañas es Licenciado en Filología Inglesa por la Universidad Autónoma de Madrid, está muy vinculado al mundo del teatro, es codirector de la Compañía Teatral “La Cama sin Hacer” con la que ha realizado montajes para público infantil y adulto. Su corta pero intensa trayectoria literaria está marcada por importantes premios:

-Narrativa Infantil Villa de Ibi, edición 2007, con la novela Klaus Nowak, limpiador de alcantarillas.

-Premio de Literatura Infantil Leer es Vivir , 2008, con la novela Los O.T.R.O.S. (Sociedad Secreta)

-Finalista de la XVII Edición del Premio de Literatura Infantil y Juvenil Edebe 2009

-Premio de Poesía Infantil El Príncipe Preguntón”, 2009, con Poemas para leer antes de leer.

-Premio de Poesía Infantil Ciudad de Orihuela”, 2009 convocado por el Ayuntamiento de Orihuela y la editorial Factoría K con Ciudad Laberinto

-Finalista del la XVIII Edición del Premio de Literatura Infantil y Juvenil, Edebe 2010 con Un carromato verde botella

Otros títulos: La formidable fábrica del miedo (novela infantil). Editorial San Pablo – 2009 y Nieblagrís (cuento infantil). Editorial Desnivel, 2009

En Ciudad Laberinto, Pedro Mañas proyecta la mirada del poeta sobre un tema escasamente transitado en la poesía española para niños y jóvenes. Es un libro escrito desde la originalidad, el sentido del humor y el ingenio, muy bien construido con versos de arte menor que dan viveza y agilidad al ritmo y que aborda la ciudad en todas sus dimensiones, sin cerrar los ojos a su realidad más lacerante, la ciudad que vivimos, la que amamos y la que padecemos, pero dulcificada desde el bálsamo que los versos nos ofrecen: la ciudad como acertijo, como reflexión o juego, como metáfora de la incomunicación y reflejo de la sociedad. Ciudad Laberinto, en definitiva, es un libro altamente recomendable para niños y otros seres sensibles y curiosos que, consigue que los poemas despierten la capacidad para la sonrisa, el asombro o la emoción, un espacio de libertad donde los sueños son todavía posibles”.

Clausuró las sesiones el autor de “La ratita presumida”, que representó magistralmente el cuento transformando en casita un viejo cajón de madera, con un cencerro, unos cascabeles y otros instrumentos rudimentarios convertidos en los personajes de este clásico. Las caras de asombro de los más pequeños evidenciaban que, en efecto, con la dosis de magia necesaria, una sencilla campanilla, a los ojos de los niños, puede ser una auténtica ratita presumida, con su escoba y su lacito. Rodorín hizo vibrar a todos con una actuación en la que su voz, sus gestos y su sencillo retablillo de cuentos y títeres fueron la guinda de las Jornadas.