A respecto de la propuesta por acercar a la población escolar “cuentos no sexistas” en detrimento de los cuentos tradicionales, el diario El País publicó este pasado 10 de abril un amplio reportaje que se complementaba con una entrevista a la editora y experta en Literatura Infantil y Juvenil, Felicidad Orquín.

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A respecto da proposta por achegarlles “contos non sexistas” á poboación escolar en detrimento dos contos tradicionais, o diario El País publicou este pasado 10 de abril unha ampla reportaxe que se complementaba cunha entrevista á editora e experta en Literatura Infantil e Xuvenil, Felicidad Orquín.

“...No se puede deconstruir la narrativa tradicional, sino crear otros cuentos feministas porque, además, no se trata de invertir los roles, sino crear desde una mirada feminista nuevos valores”.

“Toda la concepción de la bondad positiva de estos cuentos parte del análisis que él (Bruno Bettelheim, escritor y psicólogo infantil) hizo, donde hacía especial hincapié en la importancia que estos relatos tenían para la formación moral e intelectual de los niños; no hay que perder de vista que eso es lo fundamental”.

“...Estos cuentos tratan de cosas que el niño siente dentro, aunque no es capaz de ponerle nombre, como es la rivalidad, el narcisismo... Estos cuentos le presentan imágenes con las que se pueden identificar y el niño o niña puede ir eligiendo lo más positivo, o lo que está más de acuerdo con su personalidad”.

“Todos ellos son universales porque se dan con variantes en todos los países, son figuras que hay que considerar arquetipos. Por eso en el siglo XVII un hombre culto de la corte como Perrault, toma estos cuentos de aquellos populares que había oído a su niñera y hace una colección de clásicos que se mantienen ahora, coimo ‘La bella durmiente’, ‘Caperucita’ o ‘Piel de asno’, que recogen esas experiencias subconscientes de iniciación para niños y niñas...”.