Palabras para armar tu canto” es la obra galardonada con el IV Premio Internacional Ciudad de Orihuela de Poesía para Niños que organizan la Concejalía de Educación del Ayuntamiento de Orihuela y Kalandraka, a través de su sello Faktoría K. El mexicano Ramón Suárez Caamal es el autor de este hermoso poemario, ilustrado por su compatriota Cecilia Rébora, que se presentará el sábado 24 de noviembre a las 18:00 horas en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

“...Variado en la tipología de sus versos, en sus ritmos y tonos que van desde el hondo lirismo a los juegos humorísticos de palabras. Metáforas e imágenes elevan el lenguaje y lo hacen heredero de la buena poesía para todos los públicos. Recomendado vivamente para recitar en voz alta a la luz de la luna en las noches de verano”. (Recomendación del Club Kiriko).

Ramón Suárez -su amplia trayectoria literaria, su experiencia docente, su faceta impartiendo talleres infantiles de poesía- es el protagonista de un interesante montaje audiovisual dirigido por Meztli Suárez-Mc Liberty para 7Colores Films. Además del testimonio del propio autor y la participación de los alumnos y alumnas de sus clases de escrita, también destaca la adaptación musical del poema “Arrullo para sanar a ranita”.

“Palabras para armar tu canto” se suma a la estela dejada por “El secreto del oso hormiguero”, de Beatriz Osés; “Ciudad laberinto”, de Pedro Mañas, y “Los versos del libro tonto”, de Beatriz Giménez de Ory, anteriores ganadores de un certamen del que también surgió la publicación de “La hora de los relojes” y “Tras, tras, cucutrás”, con textos de Fran Nuño y Juan Clemente Gómez, respectivamente.

El próximo 19 de septiembre finaliza el plazo de presentación de los trabajos que optan al V Premio Internacional Ciudad de Orihuela de Poesía para Niños, dotado con 7.000 euros y la publicación de la obra. Las bases se encuentran en la página web de Faktoría K de Libros.

¿Si dormimos a la rana

con el canto de la luna?

¿Si mecemos a la nana

para que duerma la cuna?

(del poema “Enredalenguas”).

“Palabras para armar tu canto” es un conjunto de 26 composiciones que hacen un recorrido por la tradición literaria, desde la poesía oral más simple, como las nanas, a la poesía latinoamericana más barroca, para terminar con un homenaje -en la obra de Lope de Vega- a la poesía clásica castellana del Siglo de Oro. El poemario está dividido en tres partes: ‘Arrullos’ presenta rimas, repeticiones y estribillos sencillos para mecer el sueño de los más pequeños; 'Enredaletras’ son juegos de palabras, trabalenguas y divertimentos sonoros; ‘Letras para cantar’ sigue la línea de una poesía alegre, rítmica y llena de musicalidad.

El poemario de Ramón Suárez destaca por su riqueza léxica, el exotismo de palabras como jaiba, estero o cocuyos, que evocan la naturaleza selvática. Las ilustraciones de Cecilia Rébora redundan en el carácter lúdico de los versos, con elementos superpuestos a modo de collage, en los que la luna, la fauna y la flora acaparan el protagonismo de las escenas.

...Soy libre, digo… Libra, digo… ¡libro!

Soy un libro, sí, sí.

Pero llevo cerrado tanto tiempo…

que así me he vuelto tanto,

me he vuelto tinta,

me he vuelto… ¡tonto!

Acrósticos, palabras y letras bailarinas que se adueñan del papel, poemas traviesos que no tienen un pelo de tontos... al contrario de lo que sugiere el título. La obra de Beatriz Giménez es un conjunto de 25 composiciones estructuradas en un principio, un final y, entre ambos, tres partes dedicadas a “los versos que huyeron” por aire, por mar y por tierra. Los primeros se los tragó un gallo-veleta; los segundos los encontró la sirena Flora; y los últimos los recogió un escarabajo pelotero.

“Los versos del libro tonto” conforma “un texto circular que invita al juego poético de principio a fin, donde se desparrama la magia de los versos, y los personajes -simpáticos, divertidos y alegres- buscan a la poesía hasta encontrar un final que cierra el texto, aproximando el libro a las manos del lector”, según el jurado del III Premio Internacional Ciudad de Orihuela de Poesía para Niños.  Una creación literaria atractiva y original que despierta la imaginación, anima a la lectura, y reivindica el valor cultural y lúdico del libro. Las imágenes de Paloma Valdivia, a base de tonos suaves y formas sencillas, transmiten calidez y un entorno acogedor para disfrutar de los versos.

He pintado un mapa

sobre la solapa

de mi libreta.

Un mapa pequeño

de una ciudad grande

que no se está quieta...

Las 30 composiciones de este libro tratan una realidad cercana muy poco tratada desde el punto de vista poético: la ciudad en todas sus dimensiones. Los cambios estacionales, sus ruidos característicos, los personajes que la recorren o sus fiestas se plasman con un tono divertido. El jurado apreció la “buena construcción” de este trabajo de ingeniería literaria: Pedro Mañas muestra la ciudad “con la suficiente cercanía -no exenta de distanciamiento- para que el lector reconozca el ámbito urbano, que se presenta con plasticidad y humor”. Un poemario muy creativo “con toques saludablemente críticos, que tiene imaginación y realismo, y consigue que todas las piezas encajen en una atmósfera sensorial de gran originalidad”.

Desde el punto de vista artístico, Silvina Socolovsky nos transporta a una ciudad surrealista y onírica, dinámica y un tanto caótica. Edificios, calles y habitantes se superponen a veces sobre mapas o recortes de prensa, creando una geografía urbana de contrastes lineales y cromáticos. Una ciudad que, si no existiera, habría que inventarla. Su obra “espacial” se caracteriza por generar abigarrados paisajes y laberínticas arquitecturas, habitadas por seres solitarios; espacios cotidianos donde se confunden los parámetros tiempo-espacio, realidad-ficción.

El viejo tigre

sabe de la noche,

sabe de las hadas…

Enciende luciérnagas,

me cuenta en voz baja.

Conoce el misterio

del lirón pequeño,

de los bichos bola,

del oso hormiguero.

Los 31 poemas de "El secreto del oso hormiguero" destacan por su “valor y calidad poética”, según el jurado del concurso, que también apreció la “riqueza de imágenes, la ternura y humorismo cercano al niño” de estos versos de noche, protagonizados por una niña y un viejo tigre. Una nana que recoge los sueños y los secretos de los animales.

Hay una hora secreta

en la que el mundo se detiene,

todo se paraliza,

nadie se mueve...

Y los relojes salen,

hacen su recados,

se cuentan poemas,

dan paseos,

se divierten...

El tiempo cronológico es el hilo conductor de las 33 composiciones poéticas de este libro: creaciones breves rebosantes de metáforas y figuras literarias que desprenden sonoridad, ingenio, sentido del humor y surrealismo. Versos que juegan con las onomatopeyas, que dibujan caligramas y trazan una imagen humanizada de estos objetos cotidianos: soñadores, miedosos, adelantados, lentos, enfermizos, excéntricos...

Fran Nuño versa sobre todo tipo de relojes, antiguos y modernos, reales y figurados; desmenuza sus elementos y engranajes, desde las manecillas hasta el péndulo o las campanadas; convierte la medida del tiempo en un divertimento literario. Las ilustraciones de Enrique Quevedo son abstracciones laboriosas y detallistas. La geometría domina la obra de este artista plástico, que también hace del color una herramienta complementaria de comunicación visual, a base de sencillos lápices. Simetrías, líneas rectas y curvilíneas acompañan los minutos, segundos y horas que marcan estos curiosos relojes.

Pipirreque, triquitraque,

gachupino, serpentín.

Sacacorchos, zipizape,

zapatiesta, calcetín.

Cara huevo, cara breva,

zampabollos, cornetín.

(de “Serpentina con alas”)

Los 28 poemas de “Tras, tras, cucutrás” son la materialización sonora y literaria de la diversión, representan la dimensión lúdica del verso, componen un divertimento de rimas en hábil equilibro. Juan Clemente Gómez agrupa letras y sílabas formando una simpática compañía para dar lugar a palabras surrealistas y sin sentido, cuando no son las propias palabras las que adquieren significados exóticos...

Las ilustraciones de Aitana Carrasco que acompañan estas composiciones poéticas siguen esa dinámica rocambolesca y disparatada: son collages ingeniosos que desafían a la realidad, presentando animales humanizados o humanos animalizados, objetos cuya forma se confunde con su significado, metáforas visuales que recrean el estilo antiguo y refinado del grabado, con colores ácidos y modernos. En conjunto, una propuesta estética llamativa y sorprendente, acorde al ‘nonsense’ poético del texto.