¿Era dulce o salada? Los niños y niñas que asisten estos días a FIL Niños pueden hacerse esa pregunta en un taller titulado "Los sabores de la luna". A unos les supo a algodón de azúcar, a otros a helado de vainilla, a plátano... El colectivo Kickapoo es el encargado de dramatizar el cuento "¿A qué sabe la luna?", de Michael Grejniec: visualizan la narración con pequeñas figuras de cartón ante la atenta mirada del público infantil, que interactúa durante la sesión imitando los gestos y los sonidos que emiten los animales de esta historia, desde el elefante al león, la jirafa y el mono. Hasta que finalmente entra en escena un títere con forma de ratón que finalmente alcanza la luna y comparte un pedazo con cada uno.