Cinco ratoncitos

Las aventuras de Félix y sus primos, cuyos nombres también empiezan por la letra F, comienzan en los túneles de su madriguera, que nos revelan un asombroso mundo subterráneo lleno de tesoros —llaves, canicas, pinzas, juguetes…— en cada recoveco. Atravesando un agujerito en la pared, sus pasos continúan en el interior de una casa, donde les esperan más peripecias, entre deliciosos manjares (y afilados peligros).

Un caramelo, unas palomitas, unas fresas… el rico olor de estas y otras viandas guía el goloso instinto de los «Cinco ratoncitos» que protagonizan esta divertida y trepidante historia de Maria Girón. Se trata de una breve y arriesgada excursión que transcurre contando del 1 al 5 en sentido ascendente y descendente. Otros aspectos que denotan la influencia de los cuentos tradicionales son la estructura repetitiva del texto y su cercanía a la oralidad, junto con el ritmo y la agilidad del relato sumando y restando personajes. Una obra que, además, representa el valor de la audacia y el triunfo del animal pequeño frente al grande.

El dinamismo narrativo se extiende a las ilustraciones: estos inquietos roedores están en constante movimiento, sobre todo cuando han de desandar el camino con unas zarpas y unos colmillos pisándoles los talones (y la cola). La propuesta gráfica destaca por su luminoso y cálido colorido, la variedad de perspectivas, la abundancia de detalles relacionados con el entorno doméstico y el insólito escenario al que llega el cabecilla de la expedición.