Decidió ser pintor a los 30 años, después de haber desempeñado diversos oficios. Sus primeras obras describen en tonos sombríos escenas de la vida campesina y popular. En 1886 viajó a París para encontrarse con su hermano Theo. Visitó museos, exposiciones y conoció a los artistas neoimpresionistas, cuyas investigaciones sobre los colores le inspiraron para su pintura. Dos años después se trasladó a Arles, donde pintó más de 200 telas, fascinado por la luz del Sur. Víctima de la locura, tuvo que ser internado en un psiquiátrico, donde pintó más de 50 obras. Tras esa estancia se instaló en Auvers-sur-Oise, en casa del doctor Gachet. Dos meses más tarde, el 27 de julio de 1890, se suicidó. Van Gogh solo consiguió vender un cuadro en toda su vida. Tras su muerte, la fama de este gran pintor se extendió por todo el mundo.
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